13.11.04

Topas, cárcel en la cárcel

Andoni Beroiz - Preso político vasco
18/01/04

Aupa, gizona. No me resulta fácil, en estas circunstancias, encontrar las palabras idóneas. La inspiración se ve truncada por la pared de argamasa que, por primera vez, se erige frente al ventanuco de mi nueva celda, mi enésima celda en tan corto espacio de tiempo. Sin embargo, la lectura de tus últimas líneas es suficiente para sentirme Mari o Inguma y sobrevolar estos muros con los que intentan, en vano, separarnos. En Aranjuez tocaba cielo y, a veces, contemplaba conejos retozando sobre su árida explanada. Aquí hay que esperar a la noche para que el muro cobre vida. Pero cuando llega, un gato se encarama en lo más alto en busca, supongo, de alimento, ya que la hora del gato coincide con la de los sagutxus, que haberlos haylos y que me saludan royendo por dentro de las paredes. Con ambos mantengo un diálogo sin palabras todas las noches, hasta que me duermo, soñando el día en que, derretido el muro, todos volveremos a juntarnos en esa amada tierra nuestra.
Tengo oído o quizás leído que es muy recomendable, para no cansar ni perder vista, fijarte un punto en la lejanía. Incluso pienso que este gesto es fundamental para no volverse loco. Por desgracia, este muro dentro del muro no da pie a lo primero, aunque posibilita enormemente lo segundo. Francamente, el castigo infundado del aislamiento busca, sin miramientos, la autodestrucción a cámara lenta de la persona, y te das cuenta de ello y de que debes reaccionar. Lo que más reconforta y anima es comprobar que la falta de resultados les está demostrando la inutilidad e inhumanidad de estas medidas. La entereza de muchas y muchos compañeros, que llevan durante años soportando el día a día en estos agujeros, solos y solas, es la lección a aprender, la rama a la que puedes engancharte, nuestro principal elemento de superación. Gracias a ellos, su sinrazón se ha convertido en nuestra razón, su odio en nuestra fortaleza. ¡Cómo se siente esta fuerza interior colectiva, esta dignidad construida por todos ellos!
Intentan reducirnos el número de amigos aduciendo que es imposible tener tantos, reducirnos las llamadas, la correspondencia, las horas de patio en donde, por falta de tigre, si te aprieta la vejiga, te lo tienes que hacer en una botella. Con la creación del Juzgado Central, nos reducirán derechos elementales adquiridos. Si no andas listo, la maquinilla que te suministran para afeitar puedes encontrártela ya usada. Utilizan la sutileza. Porque no me digas que no es sutil elegir precisamente los días de Navidad, los días en que todo el mundo se junta, para separarme, para desgajarme de mis amigos y dejarme, solo, en este agujero. Y no me digas que no es sutil comunicarme que el día 3 de febrero tengo 5 exámenes por la mañana y 3 por la tarde, que el día 4 tengo 4 por la mañana y 3 por la tarde y, para acabar, el día 5 otros 5 por la mañana, sin haber recibido, al día de hoy, ni un mísero apunte para prepararme. Gotzone Mora podrá así constatar, con tinta de vinagre, cómo la UPV regalaba antes aprobados y cómo ahora la UNED nos está poniendo a cada uno en nuestro sitio. Porque allí donde acaba la lógica, empieza Instituciones Penitenciarias. En fin, intentarán reducirnos al máximo, sin darse cuenta de que, en esto también, los resultados son justamente los contrarios. Porque la fuerza que nos viene también del exterior se siente. Las concentraciones, la gira europea, las manifestaciones como la de Bilbo y... ¡cállate, aita! ¡qué pasada el GARA del día 9! Allí la peña de Agoitz, la de Galdakao, la familia vizcaina, la navarra y la familia pelotazale... recordándome todos el cumpleaños. ¿No se darán cuenta de que por cada acción represiva contra cada uno de nosotros son decenas y decenas las personas nuevas que les maldicen? ¿Con qué dicen y dicen y dicen que están acabando, ilusos? Cuanto más aislados dentro, más arropados fuera. ¿O es al revés? Cuanto más arropados fuera, más aislados dentro...
Bueno, aita, que me estoy olvidando de contestar a tu carta. Me dices que la casa está llena de recuerdos míos. Te diré que mi celda también la tengo repleta de todos vosotros y de nuestra tierra. En el mejor sitio, vuestras fotos de Izaga, de Sorogain, de Ibañeta. Las fotos en Artozki, días antes de derruirlo, en Alduntza, ya sin Itoitz al fondo y con mucha, demasiada agua en la hondonada. Colgando de la pared, la camiseta grabada con todos los críos de la escuela, al lado la txapela que no se me dejó disputar. Tus escritos que, de vez en cuando, releo de nuevo. En el calendario, los hayedos de Irati. Las bufandas, gorros y guantes de lana, obras maestras de ama y de Mirentxu. Camisetas dedicadas de profesionales comprometidos. También tengo bruja lanuda. La de Berbizne. Y también sonríe, buena señal. Señal de que volveremos a bañarnos con ama en el pozo redondo, de que volveremos a subir juntos ese monte desde donde se divisa Euskal Herria entera, por mucho que intenten que sea con makila. De aquí se sale, aita. De aquí vamos a salir todos. Así es que la rosa de que hablas en tu carta se la vamos a poner en la mano a Almunia, pues la suya se les ha muerto del asco. Con amigos así, ¿para qué queremos enemigos? No os reprocho lo de las cometas multicolores, yo habría hecho lo mismo. Pero, eso sí, id a mi habitación y desenchufad la cadena de música, pues ese pálpito intermitente sólo beneficia a los de la compañía eléctrica.
Nada me cuentas de lo que está pasando ahí fuera. Hay movimientos, sí, ¿pero hay esperanzas? Me supongo tu cabreo porque en sus planes de adhesión ni se acuerdan de Nafarroa ni de ese hijo que tienes preso. ¡Si el abuelo Bibiano levantara la cabeza! Ya me dirás, algún día, siendo como eran tan amigos Urbiola y aitite, cómo habéis podido salir tan dispares tú y José Antonio. ¿Fue su voto el que decidió la victoria de Imaz sobre Egibar? Ahora tienen, y esto sí es importante, todas las manos abertzales tendidas ofreciéndoles en bandeja la solución. La única con posibilidades, la de juntarse. Si no la aceptan, si la rechazan, que se queden solos o con los de la rosa y que esas manos tan generosamente ofrecidas se entrelacen las unas con las otras, hasta la victoria. Solución más pacífica, imposible. Ya sé que piensas que amor a este pueblo y amor a las comodidades que propicia el poder son incompatibles, pero hay que pensar en que alguna vez tendrán que dejar de traicionar y frustrar nuestras ansias de libertad.
Ahora, el notición. He seguido tu consejo y me he puesto a escribir. Poesía y prosa, de las dos. No es fácil y menos hacerlo bien y menos no habiéndolo hecho nunca. De momento sólo te voy a dejar untar un trozo de poema que dice así: cuando todas las voces se ausentan/ y sólo el murmullo de los insectos/ aliviado por el ir y venir del viento/ se encargan de retrasar el sueño/ es cuando/ muy a nuestro pesar/ nos visita la zozobra y el pensamiento de qué acaecerá más allá del muro./ Es la magia de la noche. ¿Qué te parece? ¿Sigo o abandono? A mí me está viniendo muy bien.
Podría haberte contado más privaciones, sensaciones, humillaciones, pero por hoy ya es suficiente. Me voy a despedir en la lengua en la que mejor me expreso. Para algo tienen que servir los años que tanto ama como tú estuvisteis en el euskaltegi... Beno maittiek, jaso muxu eta besarkadarik jator eta goxoenak... Zer egingo gendun ba zeuok barik! Sakea gure alde daukagu eta nahiz eta tanto asko geratzen zaizkigun, badakigu irabaziko dugula! Jarraitu beti bezain indartsu eta kementsu, hemendik gure desiorik onenak... Eutsi goiari, aurrera bolie eta txikira beti ordago! -

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